Convidame,
de esa lluvia que todo se lleva.
Acercame el sueño
en estas tardes soleadas
donde la mar está tan lejos
y mi padre nunca vuelve.

Convidame,
que estoy falta de aciertos.
Y esta suerte de mañana entramada
me rellena los ojos
de un fulgor inaceptable,

entre tanta tierra
tanto aroma.

Piel de sauce llora
que las luces cuando apagan
son siluetas nunca sombras.

Convidame,
no te lleves mi única confianza
mi registro sin escritos
de propias libertades.

Yo soy mía.
Y el precio es siempre una mentira.