Hay especies desconocidas gestándose en el fondo del cuerpo
entre paredes y signos, entre pequeños espacios y tormentas.

Nadie sabe aún si las flores llegarán a marzo
con esa furia con la que aprendieron a crecer en otros meses,
entre esos papeles que supimos regalarnos y aquellas piedras
que cayeron desde lo inesperado hacia lo vívido.

Nadie sabe aún si las piezas completarán el juego
con esa suerte de principiantes que ya no hemos de tener,
entre estas semanas que quisimos dibujarnos y esos espacios
que invadieron desde afuera hacia lo interno del envase.

Hay países desconocidos olvidándose en el fondo de una taza
entre líquidos y canciones, entre pequeños universos y extrañezas.

Y es que nadie sabe aún, pese a ser primeros y reyes de lo creado.